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Frank Miller, el hombre que revolucionó
el mercado del cómic con Sin
City, 300, El Regreso del Caballero Oscuro
o Batman Año Uno. Pero
antes de todo eso, antes de que el guionista y dibujante se convirtiera en
leyenda, sólo existía un chico de veintidós años recién llegado a la industria
del cómic. Un chico que, pese a haber realizado escasos trabajos en Marvel, pronto perfilaría la
personalidad de Daredevil como ningún otro había hecho hasta
entonces.
El autor empezó trabajando con la editorial
en un pequeño crossover de Daredevil con Spiderman, en su serie Spectacular Spiderman. Sin embargo, al
poco tiempo, empezó a colaborar en el entintado y demás de los números de la
propia serie del Hombre sin miedo.
La serie no estaba teniendo un muy buen número de ventas, este fue el hecho clave que propició la
incorporación de Frank Miller como guionista y escritor al mismo tiempo. Era muy poco usual que una serie cayera en manos
de alguien tan primerizo, y más dándole estas dos tareas –algo que tan sólo
gente como Jack Kirby podía
realizar–; aun así, como la revista no vendía demasiado, no les importaba mucho si se trataban de buenos números o no.
Es aquí cuando Frank Miller revitalizó una serie que estaba a punto
de morir. El guionista dotó de un trasfondo más oscuro y tosco al personaje, ahora difícilmente se transformaba de
día y sus tareas estaban relacionadas con la más baja escoria y no con villanos
absurdos –aunque alguno había–.
Por otra parte, Miller empezó a
transformar el universo y la estética
al completo del cómic: no sólo se basó en el personaje, también hizo que las
calles de Hell’s Kitchen parecieran
mucho más deprimentes y sucias; algo
que después veríamos claramente reflejado en obras como Sin City. Con todo esto, para completar al detalle el proceso de
remodelación, el guionista estudió como eran de verdad las posturas y
movimientos de diversas artes marciales,
dándole así una dosis más de realismo.
Un realismo que veríamos reflejado en el
tono principal de la obra. Daredevil era una obra adulta, Miller no se cortó en hacer que sus peleas se
mostraran violentas y desagradables.
Precisamente lo que él quería era que los lectores vieran el lado crudo de todo
aquello, no usaba la violencia con un tono heroico sino más bien drámatico.
Aparte de esto, aparte de cambiar por
completo el aspecto de la obra, también dotó de protagonismo y veracidad a
otros personajes sin contar al propio Matt Murdock. Bullseye cobra un especial protagonismo en sus números, el
guionista redefine al personaje y su
locura con elementos magistrales, dando salida a todo tipo de siniestras
fantasías por parte del villano; sin embargo, lo mejor de todo se refleja en la relación que comparten el héroe y su
enemigo. Es una relación de odio casi
mágica, un odio que acaba por someter la vida de ambos, los cuales llegan a
un punto en el que sólo viven para destrozar al otro. Esto es algo muy
importante, puesto que aquí vemos como Matt
Murdock no es perfecto, también tiene debilidades y en ocasiones la
historia hace que te preguntes si realmente
está haciendo lo correcto.
Otro de los interesantes personajes en
esta etapa es el periodista Ben Urich.
El escritor del Daily Bugle resulta de gran importancia, pues incluso llega a descubrir la identidad secreta de
Daredevil. Ben acaba convirtiéndose en todo un confidente para el héroe, además de contar con grandes historias
protagonizadas por él mismo, como Fumador,
uno de los mejores números.
Continuando con los personajes, el autor
involucra al rey del crimen, el
famoso Kingpin, directamente en la
trama de Daredevil. Se trata de Wilson Fisk, un villano sacado de la serie de
Spiderman, el cual se había presentado como una mente maestra capaz de controlar y unir toda la delincuencia en su
propio beneficio. Aunque Kingpin se alejó del crimen retirándose a Japón, volverá
a los Estados Unidos por la posible traición de sus antiguos compañeros. Es
entonces cuando surge la chispa y se
mete de lleno en toda la organización criminal, justo en lo más alto de la pirámide.
Respecto a este punto, debe mencionarse
que Miller crea una transición completamente
justificada y sobretodo lógica a
partir de esa nombrada chispa –la supuesta muerte de su esposa Vanessa–. Desde este punto de
inflexión, Kingpin se convierte en un incordio constante para Daredevil y
también para Matt Murdock. Lo más interesante de todo esto, es que se muestra
cómo piensa en sí la brillante mente
de Fisk, a parte de su terrible autoridad y demás como ya se enseñó en Amazing Spiderman.
El hecho de controlar lo que piensa la gente, de evadir a sus enemigos creándoles
él mismo sus enemigos, para que se destrocen entre ellos: una táctica muy sucia que le va como un guante. Con todo esto,
acaba moldeando un villano espectacular y muy
potente para este tipo de historias.
Hablando de incorporaciones en la serie,
uno de los íconos más poderosos que Miller entregó a Daredevil fue la salvaje
asesina Elektra. Con Elektra, pasa
algo muy curioso, y es que a la vez que se mueve hacia el futuro también
investiga el pasado a través del personaje. Lo hace creando un vínculo, pues
Elektra Natchios es el primer amor
de Matt, y en sí la primera razón
por la cual se puso una máscara. Con la retrocontinuidad,
el guionista introduce un elemento que a partir de ese momento será clave para
Matt Murdock.
Y además de todo esto, mientras que en
el pasado eran amantes, ahora son enemigos. Se trata de una clásica tragedia entre el deber, la
justicia y el amor. El objetivo de Daredevil es atrapar y encarcelar a Elektra,
pues ella es una asesina y él no lo puede permitir; aunque el amor que aún siente tampoco le permite dañarla.
Habiendo repasado algunos de los
personajes de esta nueva etapa, la mitología
que Miller introdujo a su Hombre sin miedo no acaba aquí. Se crea el clan ninja
de La Mano –al que Elektra había
pertenecido–, una secta diabólica proveniente de Japón. Con esta entidad, en la
serie también se crea un cierto aspecto de misticismo, tales como Kirigi, su guerrero inmortal, o el
hecho de que los ninjas se conviertan en cenizas cuando mueren. Lo mejor de
todo es que no choca con el tono que la serie tenía en aquel entonces, el
tratamiento de estos temas sigue siendo muy
adulto y realista en cuando a emociones y personajes se refiere –por lo
otro, estamos en Marvel, ¡no pidáis realismo científico en el cómic de un
superhéroe ciego!–. En este punto de la serie, cabe destacar también el
personaje de Stick, el mentor de
Matt Murdock que más tarde cobrará bastante importancia, junto con La Mano,
después de la muerte de Elektra.
Era obvio que Frank Miller nos estaba
proporcionando todo un entorno muy
interesante alrededor de Daredevil, y fue después de unos cuantos números
cuando uno de los elementos que conformaban este entorno se convirtió en un símbolo. No podemos decir que la muerte de Elektra significó la pérdida
de la inocencia, como pudo ser La noche que murió Gwen Stacy, pero para el
Diablo significó algo de suma importancia en su vida. Asesinada a manos de Bullseye, su muerte hizo entrar a Matt
Murdock en un círculo vicioso de negación que le arrastraba a un estado
psíquico irreconocible. Daredevil quedó traumatizado hasta el punto de casi matar a Bullseye, el cual finalmente
quedaría en un estado paralítico. Por otra parte, incluso llegó a desenterrar el cuerpo de Elektra porque
no era capaz de creer que estuviera muerta. Y además, maltrataba constantemente sus relaciones sociales y amorosas como
Matt Murdock.
Sin embargo, como bien dicen en el
medio: las muertes en los cómics no son definitivas, excepto la del tío Ben y
Gwen Stacy –aunque lo de Gwen casi que ya lo podemos tachar en la actualidad–.
Es por esto que en poco llegó la
resurrección de Elektra, una etapa que ayudaría a consolidar el pasado del
personaje y también toda la mitología en la que se movía Daredevil. Fue
entonces cuando se conocieron las verdaderas intenciones que llevaron a la
asesina a ingresar en La Mano en un primer momento –aunque luego acabaran
convirtiéndola en una fría psicópata–, además de descubrirse la eterna guerra
entre La Casta y La Mano, y el papel
que ocultaba Stick en todo esto.
A continuación, la etapa termina con un
capítulo llamado Ruleta, donde
Daredevil hace jugar a Bullseye –inmóvil
en la cama del hospital– a este famoso juego mientras le explica cierta
historia que le ha hecho replantearse su
figura como superhéroe. Es una historia muy especial, en la cual Frank
Miller expresa uno de los mensajes que ha querido dar en casi todo el conjunto
de la obra donde siempre ha mostrado todo sin filtros, un mensaje muy crudo y duro: el verdadero y negativo ejemplo que dan estos “héroes”
a la sociedad.
Finalmente, dejando a un lado todo este tema, la calidad y el trazo del dibujo de Frank Miller es espectacular. La fluidez de paneles y el movimiento de las peleas fue también algo muy novedoso que cabe destacar.
Los números de los que hablamos aquí
pertenecen a su primera etapa, del 158 al 191. Después de esto, Frank Miller se
retiraría por todo lo alto de la serie, volviendo unos años más tarde con Born Again, una de sus obras más
famosas y mejor valoradas.
Esta etapa ha sido editada varias veces
en España, por desgracia todas las ediciones se encuentran descatalogadas ad
infinitum. La última edición está realizada por Panini, en sus Best of Marvel
Essentials, sin embargo es excesivamente difícil de encontrar, incluyendo el
mercado de segunda mano. Lo más razonable sería comprar el coleccionable de 25
números de Planeta de Agostini, el cual se puede encontrar fácilmente por unos 50
€ completo a partir de segunda mano, además este coleccionable incluye hasta el
final de la segunda etapa de Frank Miller en la serie.
EDITO: Ahora Panini ha sacado una nueva edición de esta etapa, en su Colección Frank Miller. Es la mejor opción de la que disponemos ahora, podéis comprarlo fácilmente
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